Jóvenes vicentinos, esperanza para la Iglesia

El 26 y 27 de abril se realizó la primera Asamblea Nacional de Conferencias Juveniles de la Red Educacional San Vicente de Paul. “Es genial poder compartir con gente que va en el mismo camino que uno, personas que creen en el Señor. Tenemos pocas oportunidades y este encuentro nos permitió disfrutar eso”, dijo Laura Espinoza, alumna del colegio San Vicente de Paul de Puerto Octay. Ella fue una de los 42 estudiantes que representaron a las Conferencias Juveniles de los colegios de la Red Educacional San Vicente de Paul Chile en la primera asamblea realizada a nivel nacional en Chile.

El encuentro se realizó en Puerto Montt, donde llegaron los estudiantes de los colegios Manuel José Irarrázaval, Escuela Industrial San Vicente de Paul, Ozanam y San José de Renca de Santiago, además de los colegios San Vicente de Paul de Puerto Octay, y Santa Teresa de los Andes, de Puerto Aysén. Todos fueron recibidos por sus compañeros del colegio Federico Ozanam de Puerto Montt, donde se realizó la Asamblea.

El trabajo estuvo centrado en fortalecer la espiritualidad vicentina y renovar el compromiso con la Iglesia a través de la experiencia de las Conferencias. Los representantes de cada colegio pudieron conocer más sobre el carisma Vicentino, compartir las experiencias de las Conferencias en los siete colegios y aprender de ellas, llevándose nuevas ideas para poner en práctica.

Anita Godoy, alumna del colegio Manuel José Irarrázaval, dijo que fue muy lindo ver a tantos compañeros motivados, entusiasmados y comprometidos. “Para mí fue sorprendente poder sacar ideas de otras personas de nuestra misma edad, de otros alumnos y no tener que buscarlas en adultos. Encontramos buenas iniciativas para poder aplicarlas en nuestro colegio”.

Para Axel Escobar, del colegio Ozanam, la Asamblea fue “una experiencia maravillosa y única”, que le ayudó a renovar su entusiasmo. “Me quedo con el desafío de que nosotros, como alumnos y líderes, nos hagamos cargo de las Conferencias, de reanimarlas y volver a hacer de esto algo importante en nuestro colegio. También creo que debemos inculcarle esto a los más chicos del colegio”.

El joven vicentino

El primer día de encuentro los jóvenes conocieron más profundamente la fuente de la espiritualidad vicentina a través de una entretenida actividad organizada por el equipo de formación del colegio Federico Ozanam. Con entusiasmo y creatividad los profesores y coordinadores caracterizaron a San Vicente de Paul, Santa Luisa de Marillac y el beato Federico Ozanam. Conversando con un joven de la época del beato Ozanam, contaron parte de su vida y su vocación de servicio a Dios a través de los más necesitados.

Motivados por esta presentación los estudiantes trabajaron en grupos para definir características de un joven vicentino. Anita lo describe como “una persona que está dispuesta a ayudar al otro, que está al servicio de los demás y que cuando ayuda, no lo hace con mala cara, sino con alegría, dispuesto y comprometido. Un joven vicentino es alguien perseverante, que vislumbra esperanza y tiene una fe enorme, que sabe que con gestos humildes y pequeñas acciones puede hacer que a otra persona le llegue un mensaje, el mandamiento que nos dejó Dios, amar al prójimo”, y agrega que “no es solo una persona que trata ayudar; es una persona que intenta cambiar el mundo”.

Axel también opina que el vicentino “es alguien que tiene entusiasmo y alegría, siempre está atento, feliz, buscando problemas para intentar solucionarlos, tratando de ayudar a los demás siempre”, y lo resume diciendo que es quien no piensa solo en sí mismo, sino que en la comunidad.

Compartir el camino

El segundo día de encuentro comenzó con un motivador momento junto al cantautor católico Fernando Leiva, quien animó a los jóvenes con sus canciones y compartió con ellos su propio camino de fe, recordándoles que en ellos está la esperanza de la Iglesia.

Este fue el momento que más tocó a Leticia López, Coordinadora de Formación de la Escuela Industrial San Vicente de Paul y una de los 13 adultos que acompañaron el encuentro. “Me tocaron mucho sus experiencias, especialmente el darme cuenta de que Dios ha estado a mi lado toda la vida, aunque a veces no pudiera darme cuenta. Su testimonio me ayudó a confirmar que esto es lo mío y que, a pesar de las dificultades cotidianas, ésta es mi vocación y mi pasión. Él nos contó que en algún momento fue enterrando esa pasión y alegría. Creo que es importante que nosotros, como formadores de los jóvenes, tengamos instancias para fortalecer nuestra fe, porque a veces entre tantas exigencias se nos olvida crecer, alimentar eso que somos”, dijo.

“Llegué renovada, cuestionada, muy entusiasmada y orgullosa de mis alumnos, que vivieron una experiencia inolvidable. Estoy feliz de poder contribuir a que ellos sigan siendo unas buenas personas, ellos me mueven y me motivan”, agregó.

Grandes desafíos

Al igual que Leticia, los jóvenes regresaron con los corazones llenos de nuevos proyectos para hacer crecer las Conferencias en sus colegios. Anita dijo que quiere trabajar para “lograr que los alumnos menores, las personas más grandes y en general la comunidad del colegio Manuel José Irarrázaval se puedan integrar a las Conferencias, a los trabajos vicentinos y a las misiones, porque son instancias que nos abren los ojos a otra realidad, nos ayudan a conocer nueva gente y experiencias. También creo que es importante que nuestras Conferencias apoyen más en el colegio, ayudando por ejemplo en las misas, siendo más activas y, como dice nuestro lema, contagiando el entusiasmo y alegría a los demás”.

Axel agregó que “nosotros somos reflejo de la iglesia y la fundación. De nosotros depende que esto surja y sea algo mejor”. 

Una experiencia inolvidable

Los estudiantes y profesores de los colegios de Santiago aprovecharon el viaje a Puerto Montt para conocer algunos de los lindos paisajes del sur de Chile antes de iniciar la Asamblea. Visitaron parte del Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, paseando por el lago Todos los Santos, los Saltos del Petrohué y Laguna Verde.

La mayor parte de ellos no había estado nunca en la X Región. Los jóvenes quedaron sorprendidos con la belleza del bosque chileno y agradecidos de la oportunidad de conocer un poco más de su país.

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