Nuestra red de hogares enfrenta la pandemia con un completo Plan de Acción que facilita el cumplimiento de los protocolos y potencia el trabajo colaborativo.

Desde enero en la Red de Hogares San Vicente de Paul se inició la preparación para la llegada del Covid-19. Junto con repasar todas las normativas ya existentes sobre higiene y desinfección, manejo de enfermedades respiratorias y otras, se inició la investigación sobre la enfermedad y la redacción de nuevos protocolos, tanto para la prevención como para la actuación frente a casos sospechosos o confirmados del virus.

En abril ya se había acumulado numerosa información y el equipo de coordinación de la red comenzó a preguntarse cómo mantener siempre actualizados a los profesionales a cargo en cada hogar, tomando en cuenta además que la información sobre la infección por Covid-19 está en constante actualización.

“Al tratarse de una enfermedad desconocida, ha sido necesario actualizar las medidas en forma permanente, según la información que recibimos sobre la evolución de la pandemia y las indicaciones de las autoridades de salud. Son tantos los datos, tantas las medidas y los cambios, que nos vimos en la necesidad de generar un solo documento para facilitar la implementación y supervisión por parte de los equipos técnicos en nuestros hogares”, explica María Elena de Castro, Directora de la red.

Así nació el Plan de Acción Covid-19, una metodología que permite que en cada hogar se pueda chequear el cumplimiento permanente de cada uno de los protocolos diseñados para enfrentar la pandemia.

“Agrupamos en un solo documento toda la información necesaria, donde la Directora de cada establecimiento en conjunto con el equipo profesional, anota la forma concreta en que se ejecutan los distintos protocolos en su hogar específicamente, adjuntando evidencia fotográfica y anexando las distintas normativas, para que estén disponibles en caso de cualquier duda”.

En el documento se registra quiénes son los responsables del plan en cada hogar y los contactos con la red de salud local, las listas de chequeo de los elementos de protección personal y todos los insumos necesarios para la ejecución de los protocolos, nómina de residentes y personal, resumen de todas las capacitaciones que se realizan, criterios para las derivaciones a urgencias, todos los detalles de la implementación de salas de aislamiento y todas las medidas preventivas implementadas en el establecimiento.

Se ha buscado trabajar colaborativamente, compartiendo las buenas prácticas que cada hogar puede aportar. “Tenemos una carpeta compartida en la nube, donde las Directoras pueden revisar cómo otros hogares de la red han resuelto distintos detalles de los protocolos. Por ejemplo, en un hogar surgió la idea de marcar en el suelo el tránsito para la gestión de residuos desde las habitaciones de aislamiento. El protocolo establecía que los desechos deben ser trasladados en una ruta específica, pero esta idea de marcarla para facilitar una desinfección más rápida y exhaustiva de ese sector fue una excelente medida que otros establecimientos han podido tomar”, comenta Viviana Hermosilla, Encargada de Personas y Servicios de la red.

Todo este trabajo en equipo tiene como fin evitar al máximo los contagios en los hogares y controlar con eficiencia la propagación, en el caso de que se produzcan. “Hemos puesto el mayor esfuerzo para proteger a nuestros residentes y también al personal”, afirma Francisco Velasco, Gerente General de la Fundación San Vicente de Paul. “Es un enorme desafío, que ha requerido el mayor compromiso de cada una de las personas que trabaja en nuestros hogares. Nos sentimos orgullosos de la rigurosidad con que cada uno ha enfrentado esta crisis de salud. Asistentes de personas mayores, personal de alimentación y aseo, profesionales, subdirectoras y directoras, todos han debido aprender mucho e incorporar innumerables medidas de prevención. No podemos sino agradecer su gran trabajo, que hasta ahora nos ha permitido mantener a nuestros hogares sin contagios”, concluye.