Con mucha alegría, en la Fundación San Vicente de Paul celebramos la fiesta del Beato Federico Ozanam, el fundador de nuestra obra de caridad, que hoy está presente en todos los rincones del mundo. Su ejemplo de vida, dedicado al servicio a los más necesitados, sigue siendo una fuente de inspiración diaria para quienes formamos parte de esta familia. ¡Qué mejor momento que este para recordar y celebrar su legado, que durante 170 años ha marcado nuestra historia en Chile!
Reflexionando Juntos sobre el Legado de Ozanam
Para esta celebración, en cada uno de los hogares, viviendas, centros de día, colegios y oficina central, nos unimos para una actividad: reflexionar juntos sobre cuatro frases que nos dejó Federico Ozanam a través de sus cartas. Estas frases nuestra misión, pues nos invitan a vivir bajo los pilares de la amistad, la caridad, la evangelización y la excelencia. Nuestros estudiantes, residentes, colaboradores y voluntarios compartieron este momento de reflexión y se llevaron consigo una pulsera con una de esas frases, un recordatorio constante de nuestra vocación vicentina.
Pulseras que Nos Unen en la Misión
Las pulseras que cada uno de nosotros recibió son un símbolo lleno de significado, que nos acompañará cada día, recordándonos el compromiso de vivir con entrega y servicio. Este sencillo gesto nos une más como comunidad y nos recuerda que juntos podemos ser testigos del amor de Cristo en el mundo, especialmente hacia los más vulnerables. Llevar estas pulseras es, en cierto modo, llevar el corazón de Ozanam con nosotros.
170 Años de Caridad y Servicio en Chile
Hoy, más que nunca, sentimos la presencia viva del Beato Federico Ozanam en todo lo que hacemos. Su espíritu sigue guiando nuestros pasos, y en estos 170 años de presencia en Chile, su legado nos inspira a seguir construyendo una sociedad más justa. Estamos agradecidos por ser parte de esta hermosa misión, y por tener la oportunidad de continuar sembrando esperanza y caridad en los corazones de tantos.