Relojes con botón de pánico permitirán a los residentes del Hogar San José, en Ancud, salir con más confianza a realizar sus actividades diarias.
Gracias a una donación realizada por la empresa chilena GCare, 37 personas con discapacidad cognitiva que viven en el Hogar San José, en Ancud, podrán contar con mayor seguridad y autonomía al momento de participar en actividades fuera del hogar, como estudiar, trabajar o realizar trámites personales.
Se trata de una entrega de relojes inteligentes con botón de pánico, los cuales permitirán a los residentes contactarse de manera inmediata con el equipo del hogar en caso de emergencia. Esta medida no solo refuerza su bienestar, sino que también promueve su integración en la comunidad de forma segura e independiente.
Un acto de compromiso con la inclusión
La entrega de los dispositivos se realizó en una ceremonia breve pero emotiva, que contó con la presencia de Moisés Venegas, fundador de GCare, quien viajó especialmente a Chiloé para hacer entrega de los relojes. También participaron Felipe Saul, gerente de la red de hogares de la Fundación San Vicente de Paul; Alejandra Ampuero, directora del Hogar San José; y representantes de la Dideco, OMIL y del Programa Vida Sana de la Municipalidad de Ancud.
“Estos relojes no solo entregan seguridad. Representan confianza en la capacidad de cada persona para participar activamente en la comunidad. Ese es también nuestro propósito como Fundación: acompañar e integrar”, afirmó Felipe Saul.
Por su parte, Moisés Venegas destacó: “Poner los dones al servicio de la comunidad y la tecnología al servicio de los más vulnerables es parte de nuestro compromiso como empresa. Hacerlo junto a una institución como la Fundación San Vicente de Paul es un honor”.
Hogar San José: dignidad, inclusión y cuidado en Ancud
El Hogar San José forma parte de la red de hogares de la Fundación San Vicente de Paul Chile, una institución con más de 170 años de historia sirviendo a personas mayores y con discapacidad en situación de vulnerabilidad.
En Ancud, el hogar acoge a 37 residentes con discapacidad cognitiva, muchos de ellos sin red familiar. El trabajo del equipo se centra en brindar un entorno protector, promover la participación comunitaria y reforzar la dignidad de cada persona.
Este tipo de donaciones no solo entregan herramientas concretas, sino que también refuerzan el mensaje de que toda persona, sin importar su condición, tiene derecho a vivir una vida plena, segura y conectada con su entorno.
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